El pasado sábado, un grupo de aproximadamente 25 marroquíes residentes en La Rioja se congregó en Nájera para exigir justicia por el fallecimiento de Khalid, un marroquí de 33 años que perdió la vida en un atropello por un conductor brasileño en Huércanos el domingo anterior. La manifestación, organizada con rapidez y determinación, partió desde la mezquita local y se dirigió hacia el cuartel de la Guardia Civil.
Los manifestantes se detuvieron frente al cuartel de la Guardia Civil durante un tiempo significativo. Posteriormente, se desplazaron hacia la vivienda del conductor involucrado en el suceso, quien actualmente se encuentra en libertad. Frente a la casa del conductor, los cánticos de «justicia» se intensificaron y se sumaron gritos de «asesino», reflejando la indignación y el dolor de la comunidad.
Tras este acto de protesta, el grupo retornó al cuartel de la Guardia Civil a través de la calle San Fernando, donde concluyó la manifestación. La decisión de organizar esta concentración se tomó la tarde anterior en la mezquita, evidenciando la unidad y la determinación de la comunidad.
Mimoun, portavoz del grupo, expresó su preocupación y denunció la gravedad del incidente: «Un atropello puede ocurrirle a cualquiera, pero abandonar la escena y no prestar auxilio a la víctima es imperdonable». Otro miembro de la comunidad, también llamado Mimoun, añadió: «No puedes quitarle la vida a alguien y estar libre en tan solo 72 horas». Asimismo, denunció el racismo y los discursos de odio que han surgido en redes sociales, donde algunos han sugerido que el autor del atropello «le hizo un favor al país», subrayando la percepción de que «la vida de los moros no vale nada».
Los manifestantes lamentaron profundamente el racismo y los comentarios llenos de odio que han circulado en las redes sociales. Según Mimoun, «hay personas que afirman en las redes sociales que el autor del atropello le hizo un favor al país, como si la vida de los moros no tuviera valor».
Finalmente, los participantes en la manifestación recordaron que, aunque Khalid llevaba poco tiempo en España, ya era considerado «uno más de nuestra familia». Advirtieron que, dependiendo del avance del proceso judicial, podrían organizar más concentraciones en el futuro para seguir exigiendo justicia y visibilizando su causa.