El centro de menas de Hortaleza, ubicado en Madrid, atraviesa una grave crisis debido a un aumento significativo de la violencia interna. La seguridad de los trabajadores está seriamente comprometida por una serie de incidentes que incluyen agresiones físicas, robos con violencia y enfrentamientos entre los internos. Según informes policiales, la situación se ha deteriorado rápidamente en el último mes, convirtiéndose en un problema que requiere una acción inmediata.
Actualmente, el centro alberga a más de cincuenta menores, la mayoría de origen marroquí y argelino. Aunque todos presentan algún grado de comportamiento conflictivo, aproximadamente diez menores son responsable de los incidentes más graves y recurrentes. Estos jóvenes han sido identificados como los principales instigadores de la violencia dentro del centro.
Uno de los aspectos más alarmantes es la fabricación de armas blancas improvisadas con piedras. Estas armas son utilizadas tanto en peleas entre los internos como para amenazar al personal del centro, creando un clima de constante temor entre los trabajadores. El último episodio de violencia ocurrió el pasado miércoles, cuando un menor fue detenido por intentar agredir a una educadora con un cúter, lo que requirió la intervención de ocho agentes de la Policía Nacional.
El jueves siguiente, la Policía Nacional detuvo a dos menores de origen magrebí en menos de 24 horas por robo con violencia. Uno de ellos fue arrestado por robar una cadena de oro a un anciano y derribarlo al suelo. Las fuentes policiales lamentan que ambos menores fueron liberados al día siguiente, lo que contribuye a la sensación de impunidad que agrava la situación. Ese mismo día, se trasladó a otro menor conflictivo a Bilbao, aunque estos traslados no parecen resolver el problema subyacente.
La semana pasada, otro incidente dejó al personal del centro en estado de shock. Un menor agredió violentamente a una educadora, empujándola y amenazando con una rama gruesa de árbol. Los vigilantes tuvieron que intervenir para reducirlo mientras profería amenazas. La educadora presentó un parte de lesiones y denunció el caso, pero el menor regresó al centro poco después.
La dirección del centro ha sido criticada por su falta de acción efectiva para abordar esta crisis. Los trabajadores denuncian que no se están tomando medidas para resolver problemas como el hacinamiento, la falta de apoyo psicológico y la saturación del sistema de acogida. El centro de Hortaleza, que ha enfrentado problemas similares en el pasado, se encuentra en una situación crítica que pone en riesgo la seguridad de todos los involucrados.
La gravedad de la situación exige una respuesta urgente de las autoridades. La fabricación de armas improvisadas, las agresiones al personal y los enfrentamientos entre internos son indicativos de un problema estructural que requiere una intervención inmediata. La Policía Nacional ha tenido que intervenir repetidamente, pero no ha emitido declaraciones oficiales. Las fuentes consultadas coinciden en que el centro necesita un plan de acción inmediato para garantizar la seguridad de los trabajadores y los menores.