Zaragoza fue escenario el pasado fin de semana con más de 15 robos violentos en los que se utilizaron armas blancas como cuchillos, navajas o machetes. Sin embargo, en muchas ocasiones los inmigrantes no recurren a esas armas, ya que emplean técnicas como el mataleón para someter a sus víctimas. Esta escalada de violencia ha llevado a la Jefatura Superior de Policía de Aragón a plantear nuevas medidas, tras haber desmantelado a principios de año el grupo especializado en investigar este tipo de delitos.
Los episodios de violencia han encendido todas las alarmas en la ciudad, y no se limitan a hurtos que terminan en enfrentamientos con vigilantes de seguridad. Según fuentes policiales, se trata de agresiones planificadas que, en algunos casos, han enviado a las víctimas al hospital con lesiones graves. Uno de los ataques más recientes implicó a un grupo de jóvenes de origen magrebí que utilizó la técnica del mataleón para robar y posteriormente realizar cargos bancarios fraudulentos con las pertenencias sustraídas.
Entre los casos más destacados, un encapuchado amenazó a un viandante con un cuchillo en el barrio de Delicias, mientras que en una pizzería se llevaron la recaudación de la caja tras intimidar al propietario con una navaja. Estos sucesos reflejan un repunte alarmante de la criminalidad en Zaragoza, que ahora recae en las cinco comisarías de distrito tras la disolución del Grupo de Robos con Violencia e Intimidación, disuelto a comienzos de este año.
Las comisarías de Delicias y Centro son las más afectadas por este aumento delictivo y asumen una carga de trabajo significativa, aunque la delincuencia también ha golpeado otras zonas de la ciudad. En el barrio del Arrabal, por ejemplo, se detuvo recientemente a cuatro menores que rodeaban a otros jóvenes para robarles en el entorno de La Azucarera.
Este patrón se ha repetido en distintos puntos de la ciudad, como ocurrió el pasado 2 de noviembre, cuando un magrebí de 46 años amenazó con un cuchillo al vigilante de un supermercado en la calle Santander. Dos días antes, otro inmigrante fue detenido tras agredir al guardia de un supermercado Día en la calle Torre Nueva, cuando este le sorprendió hurtando productos.
La situación actual pone en entredicho la decisión de disolver la unidad especializada que durante cinco años trabajó en la investigación de estos delitos. Mientras tanto, la Policía sigue lidiando con una oleada de violencia que preocupa cada vez más a los zaragozanos, quienes esperan soluciones rápidas y efectivas para frenar esta preocupante escalada.