Un agresor de origen marroquí que fue detenido el fin de semana pasado por su participación en un enfrentamiento armado entre marroquíes en Terrassa (Barcelona), ha sido liberado poco tiempo después de su arresto. Este incidente, que dejó varios heridos, incluidos dos agentes de la Policía Municipal, ha vuelto a poner en el punto de mira la seguridad del municipio.

El agresor es conocido por su comportamiento conflictivo y peligroso, fue arrestado por su presunta implicación en una pelea con machetes, cuchillos, palos, bates de béisbol y espray de pimienta en un parking en la calle de La Coruña, número 20. Este lugar, convertido en su residencia habitual, ha sido el escenario de numerosos altercados. Durante el enfrentamiento, no solo atacó a otros compatriotas, sino que también amenazó directamente a los agentes de policía, prometiendo represalias. Sin embargo, la decisión judicial de dejarlo en libertad ha sorprendido y alarmado a la comunidad.

Los vecinos de la zona expresan su temor y descontento. La presencia constante de este grupo de okupas en el parking ha deteriorado la convivencia en el barrio. Los residentes aseguran vivir con miedo debido a la actitud agresiva de los jóvenes, quienes están vinculados a diversos delitos como robos y hurtos.

El último episodio de violencia ocurrió durante la Semana Santa, cuando varios jóvenes, supuestamente compatriotas de los okupas, se enfrentaron a ellos tras acusarlos de robo. La disputa rápidamente escaló a una pelea con todo tipo de armas en plena calle, resultando en dos policías heridos, uno de ellos con una pierna fracturada que requirió cirugía de urgencia, y otro con contusiones faciales.

A pesar de la creciente inseguridad, el refuerzo policial en la zona sigue siendo insuficiente. Según fuentes municipales, solo una patrulla vigila un área que lleva meses sumida en conflictos y temor. Este despliegue es claramente inadecuado para garantizar la seguridad de los ciudadanos y proteger a los propios agentes, quienes ya han sufrido agresiones graves.

El pasado domingo, uno de los okupas salió del parking con actitud hostil y volvió a amenazar a los policías que patrullaban la zona, aumentando la tensión en un barrio que ya no espera una solución rápida a su situación.

La liberación de un individuo implicado en una pelea con armas blancas, amenazas a la autoridad y lesiones graves ha causado un profundo malestar entre los vecinos y los cuerpos de seguridad. Muchos ven en este caso una falta de coordinación entre la administración local, la justicia y las fuerzas de seguridad, lo que deja a los ciudadanos en situaciones de riesgo.

Hasta el momento, el Ayuntamiento no ha emitido un comunicado público sobre lo ocurrido. Mientras tanto, los vecinos exigen medidas contundentes y una mayor presencia policial para evitar que estas situaciones se conviertan en la norma.

El caso del okupa liberado en Terrassa no solo reabre el debate sobre la ocupación ilegal y la seguridad ciudadana, sino que también cuestiona la eficacia del sistema judicial y el compromiso institucional con los barrios más vulnerables. La preocupación está presente y, por ahora, sin una solución clara a la vista.