Un delincuente de origen argelino de tan solo 20 años ha sido detenido cuatro veces en Zaragoza en los últimos meses. La última ocurrió la madrugada del pasado sábado, cuando la Policía Nacional lo arrestó tras robar un móvil en la céntrica calle Conde de Aranda. Sin embargo, su detención no se quedó ahí: ya en el calabozo, fue sorprendido consumiendo Rivotril, un medicamento ansiolítico, provocando el temor de su compañero de celda.

Con más de diez antecedentes desde que llegó a Zaragoza hace pocos meses procedente de Barcelona, parece acumular problemas con la ley a un ritmo alarmante. La noche del 12 de enero, según la denuncia presentada, se vio envuelto en el robo de un teléfono móvil en la esquina de Conde de Aranda con San Martín. Según el relato de la víctima, un grupo de jóvenes de origen magrebí lo rodeó, momento en el que uno de ellos, posteriormente identificado como S. R., sustrajo su móvil. La víctima denunció también la desaparición de una cadena de oro valorada en 1.000 euros.

Un historial que no cesa: insultos, agresiones y nuevas denuncias

Una patrulla de la Policía Nacional que se encontraba en la zona intervino al percatarse del tumulto generado por el robo. En un intento de huida, el ladrón tiró el móvil sustraído al suelo, pero fue rápidamente detenido por los agentes, quienes comprobaron que ya había sido arrestado días antes por hechos similares.

El incidente escaló cuando, durante su traslado a comisaría, comenzó a insultar y agredir a los policías, llegando a patear a uno de ellos. Ante esta actitud violenta, los agentes se vieron obligados a engrilletarlo. En el vehículo policial, el joven no cesó de golpear la mampara y escupir.

Ya en el calabozo de la Comisaría del Actur-Rey Fernando, la situación volvió a complicarse. Según el testimonio de su compañero de celda, el detenido estaba consumiendo cocaína. Al ser registrado, los agentes descubrieron restos de una sustancia que, tras la inspección, resultó ser hachís y Rivotril, un medicamento que había comenzado a esnifar en la celda.

La acumulación de estos hechos llevó a la Policía Nacional a sumarle nuevas denuncias: hurto, atentado contra la autoridad y consumo de estupefacientes en un espacio público.

Un historial que alarma por su juventud

El detenido fue asistido por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén y quedó en libertad tras pasar un día entero bajo custodia policial. Con un historial delictivo que incluye robos, agresiones y consumo de drogas, este inmigrante de tan solo 20 años parece haber convertido los delitos en parte de su rutina diaria, dejando perplejas a las autoridades por la intensidad y frecuencia de sus actos.

Comentarios