El ataque con cuchillo perpetrado en Mulhouse ha aumentado las ya tensas relaciones entre Francia y Argelia. El ministro de Interior francés, Bruno Retailleau, ha denunciado que Argel impidió en diez ocasiones la deportación del sospechoso, un argelino que ya tenía una orden de expulsión del territorio francés (OQTF) y un historial de condena por apología del terrorismo. Retailleau ha insistido en la necesidad de «adoptar una postura más firme con Argelia y aceptar un enfrentamiento directo», abogando por una drástica reducción de visados y la revisión del acuerdo de 1968 que beneficia a los argelinos.

Las relaciones entre ambos países se deterioraron abruptamente en 2024 tras el reconocimiento por parte del presidente francés Emmanuel Macron de la soberanía marroquí sobre el antiguo Sahara Occidental, cuya independencia están siendo reclamada por el Frente Polisario, apoyado por Argelia, el principal rival de Marruecos.

Expulsiones y tensiones adicionales

La tensión aumentó aún más con la encarcelación en Argelia del escritor franco-argelino Boualem Sansal y el caso del 'influencer' argelino que fue devuelto a Francia tras su expulsión a Argelia.

Hasta la fecha, las autoridades argelinas no habían utilizado de manera significativa los salvoconductos consulares para represalias contra Francia por su cambio de postura sobre el Sahara Occidental. En 2024, Francia logró expulsar a aproximadamente 2.000 argelinos, lo que representa entre el 10 y el 12% de las solicitudes de readmisión, similar a años anteriores. La mayoría de estos argelinos eran sospechosos de radicalización o de alterar el orden público, categoría en la que parece encajar el terrorista que ha perpetrado el ataque este 21 de febrero de 2025 en Mulhouse.