La Ertzaintza y la comunidad musulmana de Bilbao expresan su preocupación ante el significativo aumento de robos y agresiones en la ciudad, especialmente en el barrio de San Francisco. Las tensiones se han intensificado en las últimas semanas, con múltiples enfrentamientos que han incluido el uso de navajas, machetes y katanas, particularmente en la zona de la calle Zabala. Estos incidentes han dejado varios heridos y han llevado a numerosas detenciones.

La preocupación se centra en la llegada de grupos organizados desde Francia, que han emigrado por temor a la deportación a sus países de origen en el Magreb. Estos individuos se han establecido en Bilbao en los últimos dos meses, contribuyendo a un resurgimiento de la violencia. Mostapha Aitoukdim, un destacado representante de la comunidad musulmana en la ciudad, señala: «Estas personas perjudican a todos, incluidos a la mayoría de los inmigrantes que venimos a trabajar. Es necesario tomar medidas firmes».

El primer indicio de la peligrosidad de estos grupos se manifestó el 23 de marzo, cuando la Policía Municipal de Bilbao arrestó a dos individuos implicados en una pelea con navajas en el espacio autogestionado 'Karmela', ubicado en el barrio de Santutxu. Este lugar ofrece cenas a personas sin hogar y había concluido recientemente el ayuno del Ramadán. La pelea dejó varios heridos, aunque de gravedad leve.

Este incidente reveló un patrón de coordinación entre los agresores. Según Mostapha, la pelea en 'Karmela' comenzó después de que un voluntario tuviera un altercado con uno de los sospechosos, quien escupió al voluntario y luego regresó con cómplices armados, desencadenando la violencia.

El coordinador de la asociación para la integración del colectivo marroquí Atansiquia explica que los individuos que han elevado la preocupación por su violencia son magrebíes que han llegado a Bilbao recientemente. Estos grupos actúan de manera coordinada y están vinculados a disputas personales y territoriales relacionadas con el tráfico de drogas. Fuentes policiales confirman que el aumento de la violencia en los últimos días está directamente relacionado con estos clanes, que no dudan en usar armas. Mostapha insiste: «Estamos preocupados porque dañan la imagen de todos. Apoyamos medidas firmes contra los violentos».

La primera señal de alerta surgió durante el Ramadán, pero la preocupación se intensificó con una pelea a plena luz del día el domingo pasado, que involucró machetes y navajas y resultó en cinco detenciones. El enfrentamiento ocurrió cerca de una vivienda en la calle Bruno Mauricio Zabala, en el barrio de San Francisco, epicentro de los recientes incidentes. El lunes, individuos relacionados con los mismos clanes protagonizaron otro altercado, y durante la noche del martes, algunos de los implicados en la pelea del domingo causaron un nuevo incidente violento en un bar. Dos sospechosos, encapuchados y armados con katanas, atacaron a clientes que habían identificado a uno de sus amigos como un ladrón. Este último incidente, que ocurrió tras una llamada telefónica, dejó a los vecinos y comerciantes de la zona en un estado de temor constante.

Modesti, quien lleva más de 20 años al frente de la carnicería Gurea en Zabala, aunque no presenció las peleas recientes debido al cierre de su negocio, señala que el ambiente en la zona se ha vuelto mucho más tenso y que estos sucesos le generan «miedo».