La Comisión Europea anunció el lunes un aumento en su compromiso financiero hacia Siria, alcanzando la cifra de «cerca de 2.500 millones de euros». Este anuncio se realizó durante la novena conferencia internacional de donantes para Siria, donde la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, subrayó la urgencia de la situación, indicando que la población siria «requiere más apoyo que nunca» en este momento crítico.

En el marco de esta conferencia, Von der Leyen instó a los países participantes a reforzar sus contribuciones para mitigar la «crisis humanitaria» que atraviesa Siria. La comunidad internacional se comprometió a aportar un total de 7.500 millones de euros, de los cuales 2.120 millones provienen de la Unión Europea y sus Estados miembros, destinados a financiar programas de ayuda en los años 2024 y 2025.

Durante su intervención, la presidenta de la Comisión destacó la necesidad de planificar el futuro de Siria, mencionando que «existen ciudades enteras que deben ser reconstruidas y una economía que necesita ser reactivada». Asimismo, reiteró el compromiso de la UE de colaborar con otros socios internacionales para impulsar la recuperación y el crecimiento del país.

Antes del evento, Hadja Lahbib, comisaria europea de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad, había anticipado la intención de Bruselas de incrementar su apoyo financiero. Sin embargo, advirtió que este aumento no podría compensar completamente la reducción de la ayuda procedente de Estados Unidos. Lahbib declaró a los medios que «aunque mejoraremos nuestro compromiso y aportaremos más fondos, no podemos llenar el vacío dejado por Washington».

Violencia contra minorías en Siria

Este anuncio se produce en un contexto de creciente violencia contra las minorías en Siria. Líderes religiosos en la región han denunciado que el terrorismo islámico, con el respaldo de Turquía, ha causado la muerte de más de 7.000 cristianos y alauitas.

Desde Damasco, fuentes eclesiásticas han alertado sobre el aumento de la persecución contra los cristianos, alcanzando niveles sin precedentes. El patriarca ortodoxo griego Juan X de Antioquía expresó su profunda preocupación por la brutalidad de estos ataques y solicitó a la comunidad internacional que actúe antes de que sea demasiado tarde. Además, denunció que las comunidades cristianas enfrentan una severa escasez de alimentos y medicinas, agravada por la falta de asistencia humanitaria en la zona