El régimen de Bashar al-Assad ha colapsado tras una ofensiva decisiva liderada por Abu Mohammed al-Golani, jefe del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS). El avance de terroristas rebeldes incluyó la captura de Damasco y Alepo y ha puesto fin a más de una década de gobierno de Assad, quien contaba con el apoyo de Rusia e Irán. Al-Golani, conocido por su pasado en Al Qaeda y su posterior desvinculación, se posiciona ahora como el nuevo líder de Siria.

Imagen de Abu Mohammed al-Golani

Al-Golani comenzó como parte del Frente Nusra, filial siria de Al Qaeda, y ha buscado remodelar su imagen en los últimos años. Desde 2016, supuestamente ha intentado alejarse del extremismo abierto para consolidar su control sobre el noroeste sirio, presentándose como un defensor de cierta «tolerancia» y pluralismo. Sin embargo, sus raíces yihadistas generan escepticismo internacional, con muchos países temiendo el resurgimiento de un estado islamista radical en la región.

La caída de Assad no solo reconfigura la política interna de Siria, sino que desata alarmas en países vecinos como Jordania y Líbano, que temen una expansión del conflicto. Al mismo tiempo, potencias internacionales como Estados Unidos observan de cerca el ascenso de Al-Golani, cuya evolución de líder yihadista a figura política será determinante para la estabilidad de la región.

El futuro de Siria bajo el mando de Al-Golani y el posible rol de figuras como Nasar generan una mezcla de expectativa y preocupación en un país devastado por más de una década de guerra civil. La comunidad internacional enfrenta ahora el desafío de equilibrar el apoyo a la reconstrucción del país con la prevención de un posible recrudecimiento del extremismo.

Mientras tanto, Mustafá Setmarian (Mustafa bin Abd al-Qadir Sitt Maryam Nasar), un teórico de la yihad moderna que presuntamente permanece detenido en alguna prisión siria tras ser capturado en Pakistán en noviembre de 2005. Autor de textos clave sobre técnicas extremistas, su posible liberación o cambio de estatus preocupa a gobiernos occidentales, especialmente por sus conexiones históricas con Al Qaeda y su ciudadanía española, obtenida tras casarse con una mujer española en el año 1987.

Mustafá Setmarian con Osama Bin Laden en las montañas de Tora Bora

Finalmente, las tensiones en Europa se han intensificado tras la toma de poder en Siria por parte de grupos terroristas. Esto se suma al flujo constante de inmigrantes sirios que cruzan las fronteras hacia países como Bulgaria y Grecia. Con la llegada de un gobierno extremista en Siria, crece la preocupación de que militantes yihadistas aprovechen estas rutas migratorias para infiltrarse en Europa, aumentando la presión sobre la seguridad y generando un clima de incertidumbre en la región.

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