El jurado popular ha declarado culpable al marroquí Abdelaziz A. por el asesinato del marroquí Mohamed, el novio de su expareja y madre de su hijo. Los hechos ocurrieron en noviembre de 2022 en el mercadillo del barrio Su Eminencia, en Sevilla. Según el veredicto, Abdelaziz atacó por sorpresa a la víctima con un cuchillo después de esperarlo escondido entre dos coches. Este acto fue premeditado y motivado por un profundo resentimiento hacia Mohamed.

El acusado ya había amenazado de muerte a Mohamed en dos ocasiones, una cara a cara y otra por teléfono, tras su ruptura con la madre de su hijo. «Te estoy buscando, tengo que matarte», llegó a decirle. Finalmente, el 27 de noviembre, Abdelaziz llevó a cabo su amenaza. Sabía que la víctima frecuentaba el mercadillo de la calle Ingeniero La Cierva los domingos, por lo que acudió allí con intención de acabar con su vida.

A primera hora de la mañana, Mohamed llegó en bicicleta al lugar y Abdelaziz salió de su escondite y lo atacó de forma repentina. La agresión incluyó golpes y dos cuchilladas que le causaron heridas graves. Aunque varias personas intentaron socorrer a Mohamed, sus lesiones resultaron fatales. Murió en el hospital Virgen del Rocío dos semanas después debido a una encefalopatía provocada por una parada cardiorrespiratoria.

El jurado también concluyó que el acusado tenía su capacidad de comprensión gravemente afectada por su adicción a drogas desde los 14 años, incluyendo hachís, cocaína y psicofármacos. Según los miembros del jurado, actuó de forma «distorsionada» debido a esta dependencia, lo que servirá para atenuar su condena.

En línea con el acuerdo entre las partes, la pena será de nueve años de prisión. Además, Abdelaziz ha indemnizado con 50.000 euros a la madre de Mohamed. Todas las partes han coincidido en que el acusado cumpla la condena en España y no sea expulsado a Marruecos. Su defensa argumentó que en su país natal no tiene vínculos ni recursos, y que no supone un riesgo de reincidencia.

Abdelaziz expresó su deseo de cumplir la condena en una cárcel española en su última intervención, aceptando las condiciones impuestas por el tribunal. «Quiero quedarme en España», afirmó antes de que el juicio quedara visto para sentencia.

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