La Policía Nacional ha llevado a cabo una operación que ha culminado con la detención de seis inmigrantes ilegales argelinos, todos ellos con edades comprendidas entre los 18 y los 27 años, en el barrio de San Pablo. Estos individuos están implicados en numerosos casos de robos y actos violentos que han perturbado la tranquilidad de la zona.
El operativo policial ha logrado desmantelar un grupo de delincuentes con múltiples antecedentes penales, quienes han sido puestos a disposición judicial. Los objetos confiscados durante el registro han sido entregados al Grupo de Robos de la Brigada Provincial de Policía Judicial, quienes se encargarán de devolverlos a sus legítimos propietarios si se prueba que fueron robados.
Los tres últimos detenidos, al igual que los traficantes, se encontraban en situación irregular en España. Fueron puestos a disposición judicial el pasado viernes y quedaron en libertad con cargos. Se sospecha que este clan argelino utilizaba pisos okupados como base de operaciones para vender drogas y cometer robos, una práctica similar a la que anteriormente realizaban grupos de origen marroquí.
El clan operaba en la intersección de las calles Miguel de Ara y Conde Aranda, a solo cinco minutos de la Plaza de España. Según fuentes de Hoy Aragón, se habían instalado ilegalmente en un piso ubicado en la calle Miguel de Ara, número 44.
Los incidentes relacionados con este piso han sido frecuentes en los últimos meses. Todo comenzó en octubre del año pasado, cuando varias patrullas acudieron al lugar tras una denuncia de un vecino que alertó sobre un intento violento de okupación de una vivienda. La intervención policial permitió identificar a varias personas implicadas, quienes afirmaron residir de manera irregular en el inmueble contiguo.
Hace apenas tres días, la Policía Nacional tuvo que regresar a este piso, que se había convertido en un punto de venta de drogas. Durante la operación, se detuvieron a tres personas y se incautaron diversas sustancias estupefacientes, medicamentos de uso restringido, bicicletas y otros objetos sospechosos de haber sido robados.
En investigaciones anteriores, los agentes ya habían detectado un constante movimiento de personas en el edificio, un patrón típico de la venta de drogas al menudeo. Lo que no esperaban era tener que volver a la vivienda esa misma tarde, después de haberla registrado por la mañana.
Tras un nuevo aviso de un vecino, los agentes regresaron al lugar y sorprendieron a tres hombres en el acto de robar varios objetos del inmueble, incluyendo patinetes eléctricos, herramientas y teléfonos móviles. En total, seis argelinos fueron detenidos en un solo día: tres por tráfico de drogas y tres por robo en el piso okupado.
Los conflictos no se limitan al interior del edificio, según los vecinos. Algunos de los ocupantes han sido objeto de diversas denuncias por portar armas prohibidas y consumir drogas en la vía pública. Además, otros inquilinos del piso han sido denunciados en varias ocasiones por posesión de hachís en la vía pública, lo que refuerza la hipótesis de que la vivienda se utilizaba como punto de distribución de drogas.