El pasado jueves, 6 de marzo, la Jefatura Superior de Policía de Aragón llevó a cabo la detención de tres hombres argelinos, con edades comprendidas entre los 24 y 27 años, por su presunta implicación en un delito de tráfico de drogas. La operación fue ejecutada por el Grupo de Investigación de Tráfico Minorista de Estupefacientes y se centró en la recopilación y análisis de datos sobre la venta de drogas a pequeña escala. Las investigaciones apuntaron a un piso okupado en la calle Miguel de Ara, donde se sospechaba que los residentes se dedicaban a la distribución ilegal de sustancias estupefacientes y medicamentos.

Imagen pegada
Algunas de las drogas y fármacos incautados / PN

Las primeras pesquisas revelaron que la vivienda era visitada por un flujo constante de individuos que permanecían en el interior solo unos minutos antes de salir apresuradamente, un comportamiento típico de las transacciones de drogas. La intervención culminó con la aprehensión de estos tres individuos, quienes se encontraban en situación irregular y acumulaban alrededor de treinta antecedentes policiales. Uno de ellos estaba sujeto a una orden de búsqueda y detención por desobediencia, emitida por un Juzgado de Violencia sobre la Mujer.

Durante el registro del inmueble, realizado con la asistencia del Letrado de la Administración de Justicia y los Guías Caninos junto al perro Eris, las autoridades confiscaron 131 comprimidos de pregabalina, entre otros medicamentos, tres bicicletas, una de ellas eléctrica, un patinete eléctrico, tres teléfonos móviles y varias cantidades de hachís preparadas para su distribución. También se encontraron diversos envoltorios de papel de aluminio destinados a la venta de hachís, una pieza de esta misma sustancia acompañada de una báscula de precisión, restos de hachís en recortes de plástico transparente y un cuchillo con residuos de hachís y papel de aluminio utilizado para su manipulación.

Entre los artículos incautados, destacan los comprimidos de pregabalina, un medicamento prescrito para tratar la epilepsia, el dolor neuropático y el trastorno de ansiedad generalizada. En los últimos años, este fármaco ha experimentado un aumento en su tráfico ilícito para uso recreativo, convirtiéndose en un elemento común en las investigaciones sobre el menudeo de drogas.

La venta de estos medicamentos fuera de los canales legales puede constituir un delito contra la salud pública, según el artículo 361 del Código Penal, ya que su administración sin supervisión médica representa un grave riesgo para la salud de los consumidores. Los detenidos, quienes no tenían ninguna actividad remunerada, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia el viernes, 7 de marzo, y su titular decretó su libertad con cargos.