El pasado 4 de marzo, las fuerzas de seguridad españolas, conformadas por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria, llevaron a cabo la detención de una mujer marroquí en la terminal 2 del aeropuerto de El Prat. La mujer tiene 44 años y fue sorprendida transportando droga en su organismo, específicamente 187 bellotas de polen (hachís) que sumaban un total de 2.011 gramos. Este acto puso en grave riesgo su vida.

La operación se inició cuando los agentes realizaban controles rutinarios en un vuelo procedente de Fes, Marruecos. La pasajera llamó la atención de los funcionarios debido a su comportamiento nervioso y respuestas incoherentes a las preguntas formuladas, lo que levantó sospechas de un posible intento de contrabando de sustancias ilícitas.

Ante estas señales de alarma, se trasladó a la mujer a la terminal 1, donde un médico la sometió a una prueba radiológica. La pasajera accedió voluntariamente a la revisión, la cual confirmó la presencia de numerosas cápsulas en su sistema digestivo. Esto llevó a su inmediata detención bajo sospecha de tráfico de drogas y su traslado urgente al hospital de Bellvitge. Allí, bajo estricta supervisión médica, se activó el protocolo para la extracción segura de las cápsulas, proceso que se prolongó por casi tres días debido a la cantidad ingerida.

Los individuos que transportan drogas de esta manera son comúnmente conocidos como «mulas». Estos arriesgan su vida al ingerir cápsulas envueltas en materiales resistentes, con el objetivo de pasar desapercibidos en los controles aduaneros. Sin embargo, la presión, el tiempo prolongado sin expulsar las cápsulas o movimientos bruscos pueden provocar la ruptura de los envoltorios, lo que libera la sustancia en el organismo y puede causar intoxicaciones mortales.