En un pueblo de Zaragoza, un llavero con alarma de apenas 15 euros se convirtió en el salvavidas de una joven que evitó ser víctima de una agresión sexual. La víctima, que regresaba sola a su hogar en la madrugada, fue sorprendida por un individuo en una plaza poco iluminada y con escasa presencia de personas. El atacante es un inmigrante pakistaní y aprovechando la ausencia de testigos, intentó someterla físicamente y comenzó a tocarla sin su consentimiento, expresando su intención de cometer un acto sexual no deseado con las palabras: «Vamos a follar».

La rápida reacción de la joven fue crucial para su seguridad. En cuestión de segundos, activó el pequeño dispositivo de seguridad que llevaba consigo, un llavero con una potente alarma que emitió un sonido ensordecedor. Este ruido alertó a posibles transeúntes y, más importante aún, asustó al agresor, quien huyó del lugar rápidamente. La pronta acción de la joven impidió que la agresión sexual se consumara.

El caso ha llegado a la Audiencia de Zaragoza, donde el presunto agresor será juzgado por el intento de violación ocurrido en Caspe. La Fiscalía pide una condena que refleje la gravedad del delito, apoyándose en el testimonio de la víctima y en otras evidencias recogidas.

Según el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior (2024), en España se denuncian 14 violaciones diarias, un aumento del 6,7% respecto al año anterior, además de 55 agresiones sexuales cada día. Estos datos subrayan la importancia de celebrar el Día Internacional de la Mujer para fomentar un cambio en esta realidad tanto en España como a nivel mundial.

La Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 revela que solo el 11% de las víctimas de violencia sexual se atreven a denunciar los hechos, a pesar de que el 2,2% de las mujeres mayores de 16 años han sido víctimas de violencia sexual en algún momento de su vida. Las razones más comunes para no denunciar incluyen la vergüenza (40,3%), haber sido menor de edad en el momento de los hechos (40,2%), el miedo a no ser creídas por la sociedad (36,5%) y el temor al agresor (23,5%). En este caso, la joven de Caspe, Zaragoza, rompió con estas estadísticas al llevar su caso ante la justicia, gracias a un dispositivo de seguridad de tan solo 15 euros.