La Guardia Civil ha detenido en Caspe (Zaragoza) a un marroquí que llevaba al menos desde 2017 inmerso en un proceso de radicalización yihadista. Este individuo también se dedicaba a adoctrinar a otras personas, difundiendo mensajes extremistas y contenidos de apoyo a actividades terroristas.
La operación fue denominada Hadaba y fue coordinada por el Servicio de Información de la Guardia Civil y estuvo dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 1 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional. El juez ha decretado el ingreso en prisión del sospechoso por presuntos delitos de terrorismo.
La detención de este hombre es el resultado de las pesquisas derivadas de la operación Almuasasa, llevada a cabo el pasado 11 de junio. La Guardia Civil ha colaborado con el FBI y bajo la supervisión de Europol y Eurojust, y se logró desmantelar una importante infraestructura web que distribuía contenido terrorista del Estado Islámico a nivel mundial y que resultó en varias detenciones en España.
La actividad del detenido estaba centrada en la difusión de materiales que glorifican a «mártires y muyahidines» que operan en conflictos armados, especialmente contra Israel. Se le estaba siguiendo la pista desde hace tiempo, ya que utilizaba internet como herramienta para expandir su ideología extremista y captar simpatizantes.
La Guardia Civil considera al detenido una persona inestable y con un perfil que puede suponer un riesgo significativo para la seguridad. Advierten que este perfil es similar al de otros individuos que han llevado a cabo atentados en Europa en los últimos años, que mostraban signos de radicalización extrema.
El Comité de Dirección sobre Prevención de Radicalización decidió en el año 2019 que uno de los temas clave sería estudiar cómo los problemas de salud mental pueden influir en personas propensas a cometer actos de violencia súbita, como ocurre en este tipo de casos.