El conflicto de la okupación en España vuelve a causar preocupación en Fuengirola, Málaga, donde los vecinos de un edificio conviven con el miedo que genera un okupa de origen marroquí que se ha instalado en el cuarto de limpieza comunitario. Los vecinos describen a este okupa como un hombre violento, el cual fue detenido tras una intervención policial, pero regresó al inmueble en cuanto quedó en libertad.

Uno de los residentes compartió su desesperación en el programa TardeAR de Telecinco. «Ha roto las cerraduras de los portales y del cuartillo. Aquí vivimos con miedo constante», explicó mientras detallaba los destrozos ocasionados por el intruso.

Lejos de evitar la atención mediática, el propio okupa se identificó como Abdenor, habló frente a las cámaras y justificó su acción alegando necesidad. «Soy pobre y no tengo a dónde ir. Si encontrara una casa, me iría volando porque aquí ni puedo ducharme», afirmó sin mostrar arrepentimiento.

El okupa aseguró que lo que hace es algo habitual en el país. «He okupado como hace todo el mundo. En España todos están de okupa», declaró, añadiendo que, si las autoridades lo desalojan, deberían hacer lo mismo con el resto de okupas en el país.

Su actitud desafiante no termina ahí. Durante la entrevista, criticó la postura de los vecinos y lanzó amenazas veladas: «Están muy agresivos conmigo. Si alguien me toca, va al suelo». Incluso acompañó sus palabras con un gesto intimidatorio frente a las cámaras.

Los residentes están desbordados y sin soluciones, y se sienten desamparados. «La Policía nos ha dicho que no cambiemos la cerradura porque tiene sus cosas dentro. Este hombre tiene antecedentes. Nos sentimos abandonados y nadie hace nada», explicaron.

Los casos de okupación se multiplican en Andalucía, generando un clima de impotencia entre propietarios e inquilinos legales. Hace poco, en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, un matrimonio okupó un chalet con piscina pese a tener nóminas y vehículos, según denunció el medio El Debate.

En este último caso, Carlos Caballero, el legítimo propietario, expresó su indignación. «Me siento impotente y solo ante la ley. La Policía dice que no pueden hacer nada», comentó, mientras ve cómo pasa el tiempo sin recuperar la casa que compró con tanto esfuerzo.

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