Un total de 40 inmigrantes fueron interceptados este jueves tras cruzar desde Marruecos hasta Ceuta. La jornada se destacó como una de las de mayor presión migratoria en el mar, después de varios días con un aumento escalonado de entradas.

Magrebíes llegaron nadando a Ceuta el jueves

De este grupo, 31 eran menores, mientras que los adultos incluían mayoritariamente marroquíes, aunque también había inmigrantes de otras nacionalidades, como argelina y siria, según informaron fuentes policiales. Además, muchos inmigrantes mayores de edad se hacen pasar por menores, ya que todos los menores se quedan en Ceuta si logran cruzar a nado.

El fenómeno migratorio sigue marcado por la facilidad con la que algunos nadadores logran alcanzar las costas desde Marruecos, destacándose la falta de vigilancia en Marruecos. Este vacío en la vigilancia marítima ha sido señalado como un factor clave en las tragedias recientes.

Los controles fronterizos desplegados en agosto y septiembre han mostrado una notable reducción en su eficacia. A pesar de las tragedias vividas en la última semana, con la recuperación de tres cadáveres en aguas cercanas, los intentos por cruzar el espigón no cesan.

Jóvenes inmigrantes que cruzaron hasta Ceuta en el pasado aguardan la llegada de compatriotas. Este escenario, que antes era ocasional, ahora se ha convertido en una imagen recurrente en las inmediaciones de la frontera, reflejando una conexión entre quienes ya están en la ciudad y quienes intentan llegar.

La Guardia Civil ha desplegado recursos continuados para garantizar rescates y salvaguardar vidas, actuando incluso durante la noche. Los menores son derivados a los centros de acogida de la Ciudad Autónoma, mientras que los adultos suelen ser devueltos a Marruecos. Además, pequeños grupos de inmigrantes subsaharianos logran saltar la valla fronteriza en algunas ocasiones, especialmente en días con condiciones meteorológicas adversas.

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