La Policía Nacional, en colaboración con autoridades francesas y con el apoyo de Europol, han logrado desmantelar una red de tráfico de inmigrantes ilegales que operaba entre ambos países. La acción policial finalizó con la detención de un individuo en la provincia de Córdoba.
Según informó la Policía Nacional este sábado, la organización criminal se centraba en las estaciones de tren de Barcelona, Almería y Alicante, donde captaba a inmigrantes ilegales, principalmente del Magreb, África subsahariana y Oriente Medio. Estos eran trasladados por tierra a Francia a cambio de pagos variables según el lugar de origen. En total, se han producido 19 detenciones, 15 en Francia y 4 en España, con arrestos en Barcelona, Gerona y Córdoba. Todos los detenidos han sido puestos en prisión provisional.
La colaboración entre las fuerzas de seguridad de ambos países se canalizó a través del oficial de enlace de la Policía Nacional de España en Francia. Esta cooperación permitió a los agentes españoles conocer una investigación en curso en Francia sobre una organización criminal compuesta por individuos de diversas nacionalidades, dedicada a la captación y traslado de inmigrantes irregulares desde España a Francia.
Las investigaciones posteriores revelaron la existencia de una célula de esta red en España, con miembros de diferentes nacionalidades y una clara división de roles. Los captadores buscaban a inmigrantes en situación irregular en las estaciones de tren mencionadas, mientras que los conductores se encargaban de transportarlos hasta Perpiñán, Francia. El costo del viaje variaba entre 150 y 200 euros desde Barcelona, y aumentaba según la distancia del punto de partida.
Registros domiciliarios y hallazgos
Durante la operación final, se realizaron 19 registros domiciliarios, 14 en Francia y 5 en España, específicamente en Barcelona y La Junquera. En estos registros, se incautó una embarcación a motor, dinero en efectivo, sustancias estupefacientes y abundante documentación.
Los miembros de la red encargados de los traslados contaban con la asistencia de otros integrantes que actuaban como «lanzaderas», proporcionando información sobre posibles controles policiales y rutas seguras. Además, la organización aprovechaba el viaje de regreso a España para captar a inmigrantes que deseaban salir de Francia, maximizando así sus beneficios.