Un inmigrante marroquí de 35 años ha confesado este lunes en el juicio, casi tres años después del crimen, que mató a su tío en el municipio de Albatera, en la provincia de Alicante. El acusado ha explicado que perdió el control por el consumo de drogas y alcohol, y que lo atacó con dos hachas y casi lo decapitó con un cuchillo comprado para la fiesta del cordero.

El crimen ocurrió la mañana del 24 de enero de 2022 en una vivienda que compartían con otros familiares. Ambos habían salido temprano a trabajar al campo, pero regresaron antes por la lluvia. Una vez que estaban solos, el sobrino aprovechó la confianza de la víctima para atacarlo por sorpresa, propinándole decenas de golpes y cortes que acabaron con su vida.

El acusado intentó limpiar la escena del crimen con lejía y detergente tras el asesinato. Sin embargo, fue descubierto poco después, gracias a la alerta de un compañero de trabajo, por la Policía Local y la Guardia Civil. En su testimonio, el procesado afirmó que actuó por miedo a que su tío se levantara, justificando así el brutal ataque.

Relató en el juicio que llegó a España solo tres meses antes del crimen y que trabajaba en el campo junto a la víctima. Pese a que compartían habitación y mantenían una relación cordial, el consumo de cocaína, hachís y alcohol deterioró su vínculo, y afirmó que fue la combinación de sustancias lo que le hizo perder el control el día del ataque.

El jurado ha escuchado cómo el acusado usó dos hachas, golpeándole principalmente en la cara y la cabeza, hasta que cayó en el comedor. Después envolvió el cuerpo en una manta y lo arrastró hasta una habitación. En su declaración, se ha mostrado arrepentido y ha reconocido que continuó golpeando a la víctima incluso cuando ya estaba muerto.

La Fiscalía pide inicialmente 25 años de prisión por asesinato, pero la confesión podría reducir la pena a 16 años al eliminarse la agravante de ensañamiento. También se solicitan indemnizaciones de 40.000 euros para la madre de la víctima y 20.000 para cada uno de sus tres hermanos, aunque la familia ha presentado un escrito en el que perdona al acusado y renuncia a la compensación económica.

El juicio se está celebrado en la Audiencia de Elche con un jurado popular, y continuará hasta este jueves. Mientras tanto, el acusado sigue defendiendo que no fue consciente de sus actos debido a su estado de intoxicación.

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