Marruecos ha pasado en cinco años a liderar la producción de coches en África y ha alcanzado las 700.000 unidades anuales. El plan del país africano no se detiene ahí; su objetivo es multiplicar por seis las exportaciones de vehículos y componentes, que en 2023 superaron los 14.000 millones de euros, para llegar a 85.000 millones en 2030.
Crece la amenaza del sur
El gobierno marroquí se ha propuesto superar el millón de coches ensamblados en unos pocos años, una cifra que pondría a Marruecos muy cerca de la capacidad de España, la cual produjo 1,8 millones de unidades en 2023, solo por detrás de Alemania en Europa. Fabricantes como Renault y Stellantis han apostado fuerte por las plantas marroquíes, mientras empresas chinas como Gotion y CNGR construyen nuevas fábricas de baterías, atraídas por el bajo coste de la energía y las abundantes materias primas, como el cobalto.
Atracción de fabricantes de baterías
El fabricante chino Gotion comenzará en 2026 la producción de baterías en una nueva planta en Rabat para el Grupo Volkswagen. En esta planta se han invertido más de 1.200 millones de euros, marcando la entrada de Marruecos en la industria de automóviles eléctricos. Renault produce Dacia en su planta de Tánger desde 2012, la cual también está en expansión y ha sumado la producción de vehículos híbridos, mientras que Stellantis está en Kenitra ensamblando coches híbridos y planea alcanzar el millón de unidades en 2030.
La brecha salarial y energética
España ha promocionado la competitividad de su industria de automoción apoyada en energías renovables, pero Marruecos ofrece energía barata y sueldos aún más bajos. Un operario marroquí gana entre 500 y 1.000 euros al mes, frente a los 1.500 de un trabajador español, lo que ha llevado a Carlos Tavares, CEO de Stellantis, a advertir que «la competencia viene del sur y no del norte», en referencia a la amenaza que representan Marruecos, Túnez, Argelia y Egipto.
La estratégica Automotive City de Tánger
El puerto de Tánger Med cuenta con un área de almacenamiento de vehículos conocida como Automotive City, la cual es el caballo de Troya de Marruecos en Europa. Esta infraestructura se ampliará de 520 a 1.190 hectáreas y permitirá duplicar la capacidad de vehículos exportados, pasando de 500.000 a más de un millón al año. Esto llega en un momento crítico para el sector automovilístico europeo, que se enfrenta a crecientes costes de producción y energía mientras Marruecos se fortalece como rival al sur.