El senegalés de 47 años que violó a una anciana de 87 años en Valencia ha sido sentenciado a seis años y cuatro meses de prisión. El individuo, detenido el pasado verano en Francia tras siete años en fuga, fue condenado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia por un delito de agresión sexual con penetración en grado de tentativa. La sentencia toma en cuenta la reincidencia del acusado, quien ya había sido condenado en 2009 por un delito similar, y aplica la atenuante de embriaguez.
A pesar de la gravedad del delito y la vulnerabilidad de la víctima, la pena impuesta es menor debido a que se considera la agresión como tentativa. La anciana presentaba lesiones en la zona vaginal, pero la sentencia se basa en la declaración de un testigo que afirmó que el agresor parecía estar «borracho». Además, no se le condenó por el delito de lesiones, ya que estas fueron consideradas consecuencia directa del intento de acceso carnal violento.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 17:15 horas del 6 de septiembre de 2017, cuando el acusado irrumpió en la vivienda de la anciana en la calle Cuba de Valencia. Sorprendiéndola en la cocina, la arrastró hasta su dormitorio con el objetivo de satisfacer sus deseos sexuales. Allí, la arrojó sobre la cama, se colocó encima de ella y, mientras la golpeaba, logró quitarle las bragas y separarle las piernas para intentar penetrarla. La víctima se resistió y le imploró que cesara, recordándole que podría ser su madre, hasta que el agresor abandonó la vivienda, dejando una mochila con efectos personales que facilitó su identificación por parte de la Policía Nacional.
Tras huir a Francia, el sospechoso no fue detenido hasta junio del año pasado, cuando fue identificado por su ADN y capturado gracias a una orden de detención europea. La defensa intentó desacreditar el testimonio de la anciana al alegar que fue tomado sin la presencia del acusado ni de su representante legal, ya que en ese momento no estaba identificado. No fue hasta febrero de 2018 que las muestras biológicas permitieron su identificación por ADN, y el juez ordenó su búsqueda y captura.
El agresor fue finalmente detenido en Francia en junio de 2024 y entregado a las autoridades españolas un mes después. Aunque la anciana aún vivía en ese momento, su delicado estado de salud impidió que se le tomara una nueva declaración en presencia del acusado. La víctima falleció el 29 de agosto de 2024 a los 94 años.
La declaración de la anciana, realizada antes de su fallecimiento, fue crucial para la sentencia, aunque también contribuyó a reducir la pena del agresor. En su testimonio, la mujer describió cómo el agresor la golpeó, la arrojó a la cama y se bajó la bragueta, aunque ella afirmó que «juraría que no me violó». Sin embargo, las lesiones vaginales y el relato de los hechos confirmaban una agresión sexual con intento de acceso carnal. Los médicos que la examinaron encontraron hematomas en la parte interna de los muslos, compatibles con la maniobra de separación de piernas. La hija de la víctima, quien actuó como testigo de referencia, compartió con Levante-EMV que su madre le había confesado haber sido violada y que desde ese día nunca volvió a ser la misma persona.