El parto es un momento crucial y complejo para muchas mujeres, marcado por una mezcla de emociones como nerviosismo, tensión, ilusión y temor. Tras nueve meses de gestación, la madre debe enfrentar este instante con toda su atención centrada en el presente, pero en ocasiones, circunstancias inesperadas pueden añadir una carga emocional adicional.

El doctor David Callejo, en un pódcast, relató una de las experiencias más insólitas que ha vivido en una sala de partos. Según Callejo, es habitual recomendar la presencia de la pareja para brindar apoyo a la madre durante el parto. Sin embargo, en una ocasión, una paciente insistió vehementemente en que su esposo fuera retirado de la sala de partos de manera casi agresiva.

Una vez que el marido salió, la mujer rompió en llanto y confesó a los presentes que había mantenido una relación con un senegalés poco antes de quedar embarazada, lo cual le generaba dudas sobre la paternidad del bebé. Esta revelación fue especialmente difícil para ella, ya que toda la familia del esposo esperaba en la sala de espera.

La paciente solicitó que su esposo no estuviera presente en el momento del parto. Callejo recuerda vívidamente cómo la mujer, mientras empujaba, preguntaba ansiosamente si ya se podía ver la cara del bebé para intentar discernir su apariencia. Finalmente, el niño nació con un tono de piel muy claro, lo que ofreció un alivio momentáneo a la madre en medio de su angustia.