Las primeras llamadas al 091 comenzaron alrededor de las ocho y media de la tarde del sábado 7 de diciembre. Los agentes acudieron primero a un intento de robo violento en la calle Mayoral, donde encontraron a un hombre herido, identificado como K.M., tumbado en el suelo, con la cabeza ensangrentada y quejándose de un golpe en el brazo. Según relató la víctima, había sido atacado por cinco inmigrantes de origen marroquí y argelino, a quienes describió como extremadamente violentos.

Poco después, otra llamada alertó de una pelea en la calle San Pablo, no muy lejos del lugar del primer incidente. Al llegar, los agentes relacionaron ambos hechos, ya que las descripciones de los implicados coincidían. Tres de los sospechosos habían huido hacia la calle Cerezo y se refugiaron en un edificio conflictivo conocido por los vecinos de la zona.

En el portal número 43 de la calle Cerezo, los agentes localizaron a los sospechosos en la tercera planta. Este inmueble ha sido señalado reiteradamente por asociaciones vecinales como un foco de problemas. Javier Magén, presidente de la Asociación Plataforma de Afectados de El Gancho-Pignatelli, denunció que «si se cerrase ese edificio y otros puntos conflictivos como San Pablo 74, se reducirían los incidentes en el barrio».

El inmueble ya había generado preocupaciones previamente, especialmente tras el hundimiento parcial de una vivienda en octubre que llevó al desalojo del número 39. A pesar de estas denuncias, según Magén, las autoridades no han tomado medidas contundentes para solucionar los problemas estructurales y de convivencia en estos edificios.

Los detenidos son cinco argelinos y un marroquí de entre 21 y 40 años y tienen domicilios en las calles Cerezo y San Pablo. Todos, salvo uno, se entregaron voluntariamente a la policía, admitiendo su implicación en los altercados y entregando un bate de béisbol y varios palos utilizados en la pelea.

Durante el registro en el piso del número 43, los agentes encontraron cerca de una docena de bicicletas de alta gama, cuya procedencia los detenidos no pudieron justificar. Según las investigaciones, el enfrentamiento en la calle San Pablo se produjo tras el robo a K.M., con quien ya mantenían conflictos previos por disputas y otros robos en el barrio.

La víctima del robo relató que había sido atacada porque los agresores querían que retirara denuncias previas interpuestas contra ellos. Según su versión, le acusaron de «chivato» y fueron a buscarlo para intimidarlo.

Los seis arrestados quedaron en libertad con cargos tras negarse a declarar ante el juez instructor. Acumulan más de una veintena de antecedentes por actos violentos y robos.

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