Un recluso de la prisión de Álava, la más grande y moderna de Euskadi, no regresó el lunes pasado tras concluir su permiso de salida. Desde entonces, no se ha presentado y se presume que no lo hará voluntariamente. Este individuo, condenado por delitos relacionados con drogas, se encuentra ahora en paradero desconocido y es objeto de una orden de busca y captura.
Cumplía su condena sin incidentes notables, había sido ingresado en un psiquiátrico meses atrás debido a problemas con su medicación. Sin embargo, su comportamiento en la prisión era discreto y no llamaba la atención. Residía en uno de los módulos más tranquilos de Álava, al igual que su hermano, quien sigue cumpliendo su sentencia. Ambos mantenían un perfil bajo y una vida sin sobresaltos, según fuentes del personal penitenciario.
Tras la noticia de la fuga, el hermano del recluso fugado se acercó a varios funcionarios para transmitirles un mensaje del fugitivo. Según fuentes fiables, les comunicó que el desaparecido quería enviarles «recuerdos» y expresarles que había sido «un placer conocerlos». Este gesto causó una mezcla de sorpresa y diversión entre los funcionarios.
El Departamento de Justicia del País Vasco confirmó la fuga del delincuente y notificó los hechos al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, el órgano competente en estos casos. La justicia ha emitido una orden de busca y captura que se extiende a todo el territorio Schengen, es decir, la mayor parte de la Unión Europea.
Dado su origen magrebí, se sospecha que podría haber cruzado la frontera hacia Francia o Bélgica, países sin controles fronterizos con España, donde podría contar con una red de apoyo familiar o amistades. Aunque tampoco se descarta que siga en España.
A menos que se entregue voluntariamente, algo que según funcionarios experimentados puede ocurrir cuando se quedan sin recursos económicos, su captura dependerá de la suerte. Podría ser detectado en un control rutinario, detenido por cometer otro delito o arriesgarse a viajar con su identidad real en medios como aviones, barcos o trenes.
Fuentes penitenciarias subrayan que el índice de fracasos en la concesión de permisos de salida es muy bajo. No obstante, desde el Departamento de Justicia de Euskadi advierten que, de ser localizado y devuelto a Álava, esta fuga podría afectar a los futuros permisos del recluso.