Un preso de 22 años se fugó el pasado domingo de la cárcel de Sangonera la Verde (Murcia) mientras estaba siendo trasladado al hospital de la Arrixaca en El Palmar. El preso es de origen marroquí y se había autolesionado la mano para provocar su traslado al centro médico.
La fuga tuvo lugar justo al llegar al hospital, donde logró zafarse de los agentes que lo custodiaban y emprendió la huida a pie. Actualmente, se desconoce su paradero, aunque las autoridades sospechan que podría estar intentando regresar a Marruecos para evitar ser capturado.
El sindicato TAMPM, mayoritario en el ámbito penitenciario, ha asegurado que las huidas son cada vez más frecuentes en los centros de la Región de Murcia y del resto de España. Desde el sindicato apuntan que la raíz del problema radica en la falta de médicos dentro de las cárceles.
Explican que muchas de las jubilaciones de los médicos de prisiones, especialmente de los que ingresaron a finales de los años ochenta y principios de los noventa, no se han cubierto. Esto ha dejado a los centros penitenciarios con un déficit de profesionales sanitarios, lo que obliga a trasladar a los internos a hospitales externos para atender cualquier herida o problema de salud importante.
Desde el sindicato subrayan que estas situaciones son previsibles y que una solución pasa por reponer las plazas de médicos en los centros penitenciarios, evitando traslados innecesarios y reforzando la seguridad en estos casos.
En el caso concreto de la cárcel de Sangonera la Verde, solo queda un médico en activo y está a punto de jubilarse, y hay otros dos contratados para cubrir mínimamente el servicio. En el centro de Campos del Río la situación es aún más crítica, ya que no hay ningún médico en plantilla.