El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha confirmado la sentencia de seis años y medio de prisión para Soufian S.G., un agresor de origen marroquí, por causar graves lesiones a un residente de Arroyo de la Encomienda durante las fiestas del municipio el 12 de junio de 2022. La víctima perdió un ojo tras recibir un impacto de botella.
La sentencia, emitida por la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL en Burgos, respalda la decisión inicial de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial. Esta había declarado a Soufian S.G. culpable de un delito de lesiones agravado por la pérdida de un órgano principal. Además de la pena de prisión, se le impuso una indemnización de 118.656 euros a la víctima por las lesiones, secuelas y daños personales ocasionados.
La justificación de la condena se basó en los testimonios de varios testigos durante el juicio, quienes identificaron a Soufian S.G. como el portador de la botella. Uno de estos testigos afirmó haber visto claramente cómo Soufian golpeaba a la víctima con la botella.
La Fiscalía de Valladolid y la acusación particular habían solicitado penas de nueve y doce años de prisión, respectivamente. Soufian S.G. admitió haber estado en la fiesta esa noche con un amigo, pero negó rotundamente haber agredido a José F.F. durante la pelea masiva cerca del 'peñodromo'.
Según su testimonio, una pelea inicial en la 'discomovida' había dejado heridos a varios, incluido un conocido suyo. Posteriormente, Suly, hermano del agredido, junto con Mamuh y otros jóvenes marroquíes, se dirigieron al 'peñodromo' en busca de los responsables de la primera agresión, presuntamente miembros de una peña local. Esta búsqueda de venganza desencadenó una segunda pelea más violenta, donde José F.F. fue atacado con una botella rota en el rostro, perdiendo la vista en un ojo. Tanto la Fiscalía como la acusación particular y el tribunal consideraron probado que Soufian S.G. fue el autor de esta agresión.
Sin embargo, Soufian S.G. insistió en que no participó en el ataque y que él y cuatro amigos se mantuvieron al margen, huyendo al ver la gravedad de la situación. «Vi que la situación se estaba descontrolando y decidí huir porque era cuestión de vida o muerte», declaró Soufian, quien fue detenido poco después por la Guardia Civil junto con otro fugitivo.
Entre las pruebas de su culpabilidad, se citó el testimonio de Félix M., otro vecino herido esa noche, quien identificó a Soufian S.G. como el autor del botellazo. Aunque inicialmente no lo reconoció, en el juicio afirmó haberlo identificado «sin ninguna duda», justificando el cambio de versión por haber «recuperado la memoria» casi tres años después.
También se presentaron los testimonios de María Clara C. y Fernando Francisco M., quienes estaban cerca de la víctima esa noche. María Clara C. no vio el momento de la agresión, pero confirmó haber visto a Soufian S.G. con una botella rota en la mano. Fernando Francisco M. había identificado previamente a Soufian S.G. como el agresor, aunque en el juicio no pudo confirmarlo «al cien por cien».
El testimonio de la propia víctima, José F.F., no fue concluyente, ya que no vio a su agresor. Describió el impacto «sorpresivo» en el lado derecho de su rostro, que le provocó la fractura de los huesos nasales y la pérdida total de la visión en el ojo derecho.
Como resultado de las graves lesiones, José F.F., quien había trabajado como camionero durante veinticinco años, fue declarado con incapacidad total, lo que alteró drásticamente su vida. Fue operado esa misma noche y se le colocó una prótesis en el ojo derecho por motivos estéticos. «Me han partido la vida por la mitad», lamentó José F.F., quien actualmente sigue tratamiento psiquiátrico y psicológico. Su esposa, entre lágrimas, describió la difícil situación de un hombre que ya no puede trabajar ni disfrutar de sus aficiones, como las excursiones con el club de senderismo.
Frente a las peticiones de nueve y doce años de prisión de la Fiscalía y la acusación particular, respectivamente, y las indemnizaciones de 105.156 y 140.125 euros, la defensa de Soufian S.G. solicitó la absolución por falta de pruebas, sugiriendo que el verdadero agresor podría ser cualquier otro joven con una complexión similar a la de su cliente. Esta solicitud no prosperó, y la condena de seis años y medio fue ratificada.