Un grupo de inmigrantes fue interceptado violentamente en aguas internacionales mientras intentaban llegar a Europa, seguramente a Italia, según denunció Médicos Sin Fronteras (MSF). Durante la intervención, un grupo armado en una lancha rápida, que se identificó como parte de la Guardia Costera Libia, separó a 29 mujeres y niños bajo amenazas con armas de fuego y los devolvió forzosamente a Libia.
El suceso tuvo lugar mientras el buque de rescate Geo Barents trataba de auxiliar a los inmigrantes que iban a bordo de una balsa hinchable que estaba desinflándose. Los hombres armados dispararon al aire, provocando el pánico entre los inmigrantes, lo que llevó a más de 70 de ellos a lanzarse al agua para intentar salvar sus vidas.
El equipo de MSF logró rescatar a esos 70 inmigrantes, pero no pudo evitar que los agresores huyeran con las mujeres y los menores. Los supervivientes relataron haber sufrido golpes, amenazas y el robo de sus pertenencias antes de ser rescatados.
Antes del ataque, la Guardia Costera Libia había contactado con el Geo Barents pidiendo colaboración en el rescate y asegurando que los inmigrantes serían evacuados de forma segura. Sin embargo, los hombres armados ignoraron estas indicaciones y actuaron con extrema violencia. MSF intentó negociar con el centro de coordinación libio sin obtener resultados.
Los 83 inmigrantes rescatado permanecen a salvo en el Geo Barents, pero muchos están profundamente afectados tras la separación de sus familiares. MSF advierte que las personas deportadas a Libia enfrentan abusos, violencia y detenciones arbitrarias, denunciando que este país no es un lugar seguro según estándares internacionales.
Organizaciones como la ONU llevan años alertando sobre las graves violaciones de derechos humanos que sufren los inmigrantes en Libia, donde son sometidos a torturas, abusos y condiciones inhumanas. MSF insiste en que devolver a las personas a este país es una violación del derecho internacional.
El ataque también reaviva el debate sobre el controvertido acuerdo entre la Unión Europea y Libia para contener la inmigración ilegal. A pesar de las reiteradas denuncias de abusos, la UE sigue financiando a la Guardia Costera Libia, según subraya la ONG. MSF insta a las autoridades europeas a actuar para reunificar a las familias separadas.
Tras el rescate, el Geo Barents ha recibido permiso para desembarcar en el puerto de Brindisi, en Italia. MSF considera «inaceptable» lo ocurrido y pide medidas urgentes para proteger a los inmigrantes y evitar que estas tragedias sigan repitiéndose.