Barcelona ha reforzado su seguridad con la expulsión de trece delincuentes sudamericanos, todos ellos con antecedentes y considerados peligrosos. Gracias a una operación de la Policía Nacional, en colaboración con la Unidad Central de Repatriaciones, estos inmigrantes han sido devueltos a sus países de origen tras años de actividad delictiva en la capital catalana y sus alrededores.
Seis de los repatriados estaban en el Centro de Internamiento de Extranjeros, otros dos en prisión –uno de ellos acusado de homicidio–, y los cinco restantes fueron localizados y detenidos en un operativo especial que contó con la autorización judicial necesaria para su expulsión.
Los trece criminales fueron escoltados desde los centros de internamiento y las prisiones por un dispositivo de seguridad compuesto por 38 efectivos de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Barcelona, junto a policías de varias comisarías locales. El grupo fue escoltado hasta el aeropuerto de Madrid-Barajas en un convoy de quince patrullas, donde la Unidad Central de Repatriaciones los recibió y gestionó el vuelo hacia sus respectivos países.
La multirreincidencia es un problema prioritario para la Policía, y con estas expulsiones se espera un impacto positivo en la seguridad de la ciudadanía. La colaboración entre diferentes comisarías, junto con el apoyo de los consulados de los países de destino, ha sido crucial para coordinar y llevar a cabo la repatriación sin incidentes.