La concentración organizada por la Plataforma Vecinal Puente Ladrillo tuvo un éxito rotundo. Bajo el eslogan «Por un barrio seguro con servicios de calidad», los vecinos se unieron para oponerse a la apertura de un nuevo centro de acogida para inmigrantes en su comunidad, que sustituirá a una antigua residencia de ancianos y alojará a 448 inmigrantes ilegales, como mínimo. La manifestación tuvo lugar en la Plaza Mayor, donde José David Sanz, presidente de la plataforma, leyó un manifiesto en el que se exigía la mejora de los servicios básicos del barrio, como la instalación de cajeros automáticos, paradas de taxi y el mantenimiento de las carreteras.

Concentración contra el centro de inmigrantes ilegales / Salamancartvaldia

Cientos de vecinos de Puente Ladrillo y áreas adyacentes se congregaron para expresar su descontento. Entre la multitud, se podían ver pancartas con mensajes como «Se vende el barrio», «Solidarios Sí, Tontos No», «Unidos contra la imposición», «Contra un gobierno ausente, un barrio valiente» y «Pagamos impuestos, exigimos servicios». La protesta se desarrolló de manera pacífica, pero los asistentes alzaron sus voces para exigir soluciones a una situación que, según ellos, ha sido ignorada por las autoridades. Los vecinos están preocupados por los problemas que han surgido en otras ciudades donde se han establecido centros similares.

Esta fue la primera convocatoria de la Plataforma Vecinal Puente Ladrillo, creada hace apenas un mes por iniciativa de los propios residentes. La plataforma surgió debido a la inacción y falta de compromiso de la Asociación de Vecinos Puentelave, según declararon los promotores. La nueva plataforma ya cuenta con el apoyo de la mayoría de los vecinos de la zona.

Es importante mencionar que, a tan solo 50 metros de distancia, en la Plaza de los Bandos, se reunió un grupo de aproximadamente treinta personas de extrema izquierda bajo el lema «Contra el racismo, unidad de clase». Esta convocatoria, organizada por la Coordinadora Juvenil Socialista Salamanca, no tuvo una gran respuesta entre los residentes de Puente Ladrillo, ya que la mayoría de los asistentes no eran del barrio.