Este viernes, la presión ejercida por los vecinos de San Antonio Abad, junto con la mediación de la Guardia Civil, culminó en el desalojo de una okupación ilegal de una vivienda en la calle Bisbe Cardona. La acción se desarrolló después de una protesta de casi dos horas frente al inmueble, que terminó con el individuo, de origen magrebí, saliendo de la casa con el rostro cubierto y escoltado por agentes, mientras los vecinos presentes expresaban su aprobación con aplausos.

Cerca de un centenar de residentes se reunieron para protestar contra la okupación ilegal y la falta de medidas eficaces para combatirla. Los manifestantes, que se presentaron de manera pacífica, aprovecharon la ausencia inicial de okupas para acceder a la vivienda tras forzar la puerta de entrada. Una vez dentro, comenzaron a arrojar por el balcón del primer piso diversos objetos personales de los okupas, incluyendo ropa, mantas y un tendedero, que fueron depositados en un contenedor cercano.

La tensión aumentó cuando uno de los okupas, que había usurpado la vivienda, también ingresó por el balcón y comenzó a increpar a los residentes dentro de la casa, mientras estos intentaban expulsarlo. En ese momento, el individuo se encontraba sin su pareja, una mujer española que también había participado en la okupación.

Ante la negativa del okupa a abandonar el inmueble, los vecinos se mostraron cada vez más inquietos y redoblaron sus esfuerzos para lograr el desalojo. Fue entonces cuando agentes de la Guardia Civil y la Policía Local intervinieron para mediar y controlar la situación. Tras la intervención policial, los vecinos se retiraron del interior de la casa, permitiendo que los agentes continuaran dialogando con el okupa de origen magrebí, mientras los presentes seguían exigiendo su salida con gritos de «fuera, fuera».

Entre los asistentes se encontraba el propietario del inmueble, Vicent Riera Garrovers, acompañado de agentes de la Guardia Civil. Riera estaba muy agradecido por la movilización ciudadana y, explicó al Periódico de Ibiza y Formentera que su intención siempre había sido denunciar la okupación, pero que, al ser la vivienda propiedad de su madre, necesitaba un poder notarial para proceder legalmente. «Estoy en manos de mi abogado», señaló, y añadió que se encontraba «perplejo» ante lo sucedido. «Todo es muy surrealista; cualquier ciudadano que se hubiese burlado de los agentes hubiese acabado en el calabozo», comentó, mientras el okupa abandonaba la casa junto a la Guardia Civil y se dirigía a uno de los vehículos policiales.

Vicent Riera hizo referencia a un incidente previo en el que grabó con su teléfono cómo los okupas cambiaban la puerta de su casa a plena luz del día. Ese día, además de burlarse de él y de las autoridades, los okupas se volvieron agresivos e intentaron atacarlo. Lina, propietaria del Bar Can Simón, también recordó cómo Riera tuvo que buscar refugio en su local después de que los okupas intentaran agredirlo tras grabar su atrincheramiento en la vivienda. Tras estos eventos, tanto la Policía Local de San Antonio Abad como la Guardia Civil acudieron al lugar, pero no pudieron desalojar a los okupas en ese momento, ya que la legislación vigente requería un desalojo judicial, dada la evidencia de que los okupas llevaban varios días en la vivienda. Pasaron cinco días desde que los okupas forzaron la cerradura el 8 de marzo hasta que Riera fue informado por los vecinos sobre la situación en la vivienda.

A última hora de este viernes, Joan Carles Rodríguez Tur, abogado de Garrovers, confirmó al Periódico de Ibiza y Formentera que ya habían presentado la denuncia correspondiente por un delito de usurpación y solicitado una medida cautelar para que la familia obtuviera una resolución judicial que les permitiera recuperar la posesión del inmueble. «Esperamos que la justicia actúe con eficacia y celeridad para poner fin a esta pesadilla», expresó, agradeciendo la intervención y mediación de la Policía Local, la Guardia Civil y el Ayuntamiento de San Antonio Abad.